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Inspiración Gravel - El niño que soñó con la camiseta arcoíris

Si creces en un hogar lleno de ciclistas, es muy probable que también te enamores de una vida sobre dos ruedas. Este fue sin duda el caso de Jorge Padrones, quien tenía un recuerdo de la infancia de la leyenda belga Freddy Maertens engalanado con el codiciado maillot de Campeón Mundial de Ciclismo en Ruta UCI y decidió que algún día quería una propia. En el reciente Campeonato del Mundo UCI Gravel, Jorge finalmente tuvo la oportunidad de hacer realidad sus sueños.

Todavía recuerdo la primera vez que vi el maillot  de Campeón del Mundo. Tenía 4 o 5 años y vi un póster de Freddy Maertens en un garaje al que iba con mi padre y le pregunté qué maillot era ese tan bonito. Creo que a partir de ese día nació para mí la leyenda del Campeón del Mundo.

Soy ciclista, o mejor dicho, fui ciclista de niño, hermano de ciclista, hijo de ciclista y nieto de ciclista. En mi casa hemos respirado ciclismo desde que tengo uso de razón y veíamos todas las carreras y leíamos todos los periódicos y revistas ciclistas.

Crecí en las categorías inferiores, corriendo mi primera carrera cuando tenía 4 años, solo éramos dos, mi amigo Sevillano y yo, con el que todavía comparto rutas de vez en cuando después de tantos años. Mis ídolos eran Hinault, Saroni, Moser y los recuerdo a todos con la maillot blanca impoluta con la banda arcoíris en el pecho.

De todas las carreras y clásicas de la temporada, el mundial siempre fue especial para mí. Recuerdo esas tardes vibrando con Juan Fernández vestido con ese mítico maillot gris con la bandera nacional mientras ganaba una medalla en el mundial.

Evidentemente, un día soñé con ser un ciclista profesional y de prestigio y en mis sueños me veía vestido de arcoíris. Lo que más me hubiera gustado era ganar un campeonato mundial.

Por suerte o por desgracia, la vida al final quiso llevarme por otros caminos no ciclistas. Una lesión durante mi juventud y la vida misma hizo que me alejara cada vez más de la bicicleta. Apenas toqué una bicicleta en más de 20 años y me convertí en una persona obesa que llegó a fumar dos cajetillas de tabaco al día.

Como la vida da tantas vueltas, un giro en mi carrera profesional me dio más tiempo libre. Animado por las carreras de mountain bike que había visto en la tele, me inspiré para comprarme una mountain bike muy básica y me apunté a la carrera Titan Desert del año siguiente, todavía con mis 30 kilos de más y mis dos cajetillas de cigarrillos al día. .

Paso a paso fui entrenando más, poniéndome en forma, perdiendo kilos y dejando de fumar. Unos años más tarde, algunos de mis mejores compañeros intentaban clasificarse para el campeonato mundial de maratón XC MTB y yo ya pensé que sería bueno intentarlo y tener la posibilidad de correr un mundial.

Pasaron los años y empecé a montar en gravel. Justo el año pasado la UCI anunció que iban a celebrar un campeonato del mundo de gravel y vi que habría una prueba clasificatoria en España. Yo era novato en la categoría Master 50 y pensé que tendría posibilidades así que me lo puse como objetivo.

A pocas semanas del Campeonato del Mundo, una desafortunada caída me provocó una fractura de clavícula y no pude estar en la línea de salida. La recuperación de mi clavícula rota fue muy larga y duró muchos meses. Durante mi recuperación sólo pensaba en abril, en  La Indomable, la primera prueba clasificatoria UCI del año.

Debido a mi lesión no pude prepararme a fondo y en las bajadas tuve muchos problemas, pero me armé de valor y luché con todo lo que tenía para lograr esa clasificación. Logré clasificarme, haciendo una de mis mejores carreras.

Desde entonces hasta el día del campeonato mundial, lo único en lo que pensé fue en que iba a participar en un Campeonato del Mundo, que iba a hacer realidad uno de mis sueños. Evidentemente no es el mundial élite de ruta, pero es lo más cerca que puedo y podré estar en este momento de mi vida.

Llegó el gran día y lo disfruté como nunca, tres pasos por meta en los que sentí algo especial, era un campeonato del mundo. Lo di todo, rodé en cabeza durante un tercio de la carrera y me divertí.

Siempre recordaré el momento en que crucé la meta, después de haberlo dado todo y haber disfrutado de un sueño, se me saltaron lágrimas de alegría y abracé a mi esposa y el tiempo se detuvo.

No gané el maillot arcoíris, pero puedo decir que luché por él y por respeto nunca usaré ningún maillot con las bandas arcoíris, porque solo el que lo gane debe usarlo y más después de haber luchado para ello.

Seguiré soñando con ese maillot y seguiré mirando con admiración a quienes lo visten, el maillot arcoíris.

jorge padrones

Jorge reside en España y es un habitual en la línea de salida de diferentes eventos de gravel en toda Europa y también fuera de ella.